Molino Grollmus: el ataque que el presidente calificó como terrorista

En la que quizá fue una de sus declaraciones más inesperadas, durante  su visita a la Araucanía, el presidente Gabriel Boric calificó ayer como un ataque terrorista el atentado contra el Molino Grollmus, en Contulmo, hecho que en su momento se adjudicó el grupo radical Resistencia Mapuche Lafkenche (RML).

Pese a que durante mucho tiempo distintos sectores de izquierda, incluyendo por cierto al Frente Amplio, se han negado a calificar de “terroristas” a distintos hechos acaecidos en la macrozona sur, el primer mandatario respondió a una pregunta periodística diciendo que “yo creo que en la región ha habido actos terroristas. Déjame ponerte un ejemplo: el ataque al Molino Grollmus”.

A ese respecto, aseveró que “cuando atacan a Helmuth, a Christian y a Carlos Grollmus, en particular a Carlos Grollmus, dejándolo en una situación terrible, y queman el molino, es un acto de carácter terrorista”.

Los hechos acaecieron el 29 de agosto pasado, y pese a que los hechos fueron bien conocidos en su momento, el relato más detallado de lo acontecido allí es el contenido en la querella que presentaron precisamente Christian Grollmus Fritz y Helmuth Grollmus Scherer, padre e hijo, respectivamente.

El ataque

Christian Fritz, además, es abogado, y la historia de lo que vivieron esa jornada la cuenta en primera persona. Según dicho testimonio, a eso de las 18.20 horas ambos estaban solos en el interior de su casa “cuando aproximadamente 20 individuos desconocidos, con el rostro cubierto, prácticamente todos vistiendo ponchos o mantas color café, portando armas de fuego tipo escopetas, armas de grueso calibre y armamento corto, hicieron ingreso de manera sumamente violenta al inmueble por el portón principal, el que se encontraba debidamente cerrado, y procedieron a disparar fuertemente contra la casa, mientras comenzaron a quemar el Molino, el aserradero de leña, la leñera y prácticamente todas las dependencias, construcciones y mobiliario que se encontraba en el inmueble”.

Grollmus, de 55 años, señala que a continuación de ello buscaron el armamento inscrito que poseían dos escopetas y una pistola, siendo atacados a disparos, al tiempo que comenzaban a quemar una camioneta Ford, propiedad del padre, y un jeep Mitsubishi, del hijo, pero no fue lo único: “mientras nos disparaban nos percatamos que estaban quemando el molino, el aserradero y el musel, pero además estaban golpeando a Carlos Grollmus Thiele, quien vive justo en frente a nuestra casa. Lo fueron a buscar a su casa y lo dejaron, golpeado y baleando, entre el molino y nuestra casa”. En efecto, Carlos Grollmus, de 82 años, recibió un disparo prácticamente a quemarropa en la pantorilla con un arma de gran poder destructivo (se cree que fue un fusil de guerra), por lo cual la única forma de salvarle la vida fue amputar la extremidad.

“El brutal ataque -dice Christian Grollmus- duró aproximadamente 40 mminutos, en los cuales solo intentamos repeler a los agresores y sobrevivir. El molino, el museo, el aserradero y los automóviles quedaron totalmente quemados. La casa de nuestra vecina, Lorena Caamaño, también fue quemada”, lo mismo que la casa de ellos.

Además, continúa el recuento de los hechos, “Christian Cid Ferreira resultó con una herida penetrante del globo ocular, además de recibir un disparo de rifle, escopeta y arma larga que le provocaron una contusión de tórax, muñeca y mano. Todas lesiones graves. Él se encontraba en el lugar de los hechos debido a que trabaja en el inmueble vecino, frente a nuestra casa”.

Aunque la querella que presentaron los Grollmus no invoca la Ley antiterrorista, sí señala que “como es manifiesto, en los hechos anteriormente descritos únicamente existió el interés de causar terror mediante el homicidio de los dueños de las casas y habitantes, además de la quema del molino y las casas que inmediatamente lo rodean”.

 

 

Publicado en Actualidad Gran Concepción