Luego de un tiempo dedicado a estudiar el fenómeno en su dimensión comparada, he apuntado las siguientes ideas acerca del Crimen Organizado, que estimo válidas para cualquier país:
1.- Cuando el Estado captura al líder de una organización, siempre hay alguien listo para asumir el poder y continuar con las actividades ilícitas. La despersonalización y la formación de líderes es garantía de sobrevivencia.
2.- Es un error poner el foco en una sola organización, porque así se permite el desarrollo de aquellas que no forman parte del interés del Estado, y en no pocas ocasiones, políticas de asociación que aportan mayor eficiencia a las actividades criminales.
3.- La fortaleza del sistema democrático y el Estado de Derecho es inversamente proporcional a la necesidad de acudir a los Estados de excepción o las Fuerzas Armadas para perseguir y controlar al crimen organizado.
4.- El verdadero problema de las leyes de migración de fronteras abiertas no es la llegada de población vulnerable, sino la internacionalización de las organizaciones criminales.
5.- Las organizaciones criminales compiten con el Estado en la utilización de tecnologías para desarrollar sus actividades. Drones, aparatos para interceptar comunicaciones telefónicas e incluso blindados son parte del arsenal que aseguran la vigencia y plusvalía de estas entidades.
6.- El crimen organizado necesita infiltrar al Poder Judicial, a las fiscalías y a la policía para asegurar la impunidad, cuando sus miembros son capturados por las agencias estatales.
7.- El crimen organizado necesita infiltrar a los partidos políticos y al Congreso, para controlar la actividad legislativa y presupuestaria y debilitar las iniciativas remediales y preventivas del Ejecutivo.
8.- La seguridad comunitaria es ineficaz para evitar o prevenir el crimen organizado, entre otras razones porque no tiene el poder necesario para evitar el fenómeno. El uso del miedo como arma de dominación también alcanza a los ciudadanos.
9.- Una organización criminal puede debilitarse por la acción del Estado o por el surgimiento de nuevos líderes en su interior. En ambos casos no estamos frente a la extinción, sino que observamos el nacimiento de otros grupos.
10.- Es fundamental la cooperación horizontal entre todas las agencias estatales, especialmente en el análisis e intercambio de información, pues la competencia sólo favorece a las organizaciones criminales.
Sobre el autor: Waldo Ortega es abogado penalista y Dr. en Derecho, además de profesor de la Universidad Andrés Bello. Esta columna fue originalmente publicada en su blog Derecho en Movimiento, que se puede visitar aquí.
Fotografía de National Geographic
