Diez conclusiones sobre el Crimen Organizado

Luego de un tiempo dedicado a estudiar el fenómeno en su dimensión comparada, he apuntado las siguientes ideas acerca del Crimen Organizado, que estimo válidas para cualquier país:

1.- Cuando el Estado captura al líder de una organización, siempre hay alguien listo para asumir el poder y continuar con las actividades ilícitas. La despersonalización y la formación de líderes es garantía de sobrevivencia.

2.- Es un error poner el foco en una sola organización, porque así se permite el desarrollo de aquellas que no forman parte del interés del Estado, y en no pocas ocasiones, políticas de asociación que aportan mayor eficiencia a las actividades criminales.

3.- La fortaleza del sistema democrático y el Estado de Derecho es inversamente proporcional a la necesidad de acudir a los Estados de excepción o las Fuerzas Armadas para perseguir y controlar al crimen organizado.

4.- El verdadero problema de las leyes de migración de fronteras abiertas no es la llegada de población vulnerable, sino la internacionalización de las organizaciones criminales.

5.- Las organizaciones criminales compiten con el Estado en la utilización de tecnologías para desarrollar sus actividades. Drones, aparatos para interceptar comunicaciones telefónicas e incluso blindados son parte del arsenal que aseguran la vigencia y plusvalía de estas entidades.

6.- El crimen organizado necesita infiltrar al Poder Judicial, a las fiscalías y a la policía para asegurar la impunidad, cuando sus miembros son capturados por las agencias estatales.

7.- El crimen organizado necesita infiltrar a los partidos políticos y al Congreso, para controlar la actividad legislativa y presupuestaria y debilitar las iniciativas remediales y preventivas del Ejecutivo.

8.- La seguridad comunitaria es ineficaz para evitar o prevenir el crimen organizado, entre otras razones porque no tiene el poder necesario para evitar el fenómeno. El uso del miedo como arma de dominación también alcanza a los ciudadanos.

9.- Una organización criminal puede debilitarse por la acción del Estado o por el surgimiento de nuevos líderes en su interior. En ambos casos no estamos frente a la extinción, sino que observamos el nacimiento de otros grupos.

10.- Es fundamental la cooperación horizontal entre todas las agencias estatales, especialmente en el análisis e intercambio de información, pues la competencia sólo favorece a las organizaciones criminales.

Sobre el autor: Waldo Ortega es abogado penalista y Dr. en Derecho, además de profesor de la Universidad Andrés Bello. Esta columna fue originalmente publicada en su blog Derecho en Movimiento, que se puede visitar aquí.

Fotografía de National Geographic

Publicado en Opinión