Concepción desclasificado: la UdeC en 1986, el “feudo” de Clericus

En medio de todos los documentos desclasificados liberados por Estados Unidos respecto de Chile hay varios relativos a la Universidad de Concepción, especialmente en los años ’80. Uno de los más singulares es un análisis de la situación política al interior de la UdeC hacia marzo de 1986, a raíz de la decisión del entonces vicerrector (designado) Carlos von Plessing, en orden a reintegrar a tres profesores y seis líderes estudiantiles que habían sido expulsados de la Universidad en enero de ese mismo año por el rector designado (y mayor de Ejército en retiro) Guillermo Clericus.

En efecto, como lo recuerda otro cable desclasificado, varios profesores y alumnos habían sido expulsados o suspendidos entre diciembre de 1985 y enero del ’86 desde diversas universidades del país, agregando que “la Universidad de Concepción se ha convertido en el centro de este conflicto, dado que el 25 de enero el rector Guillermo Clericus sancionó a 262 estudiantes por ‘actividades que alteraron gravemente el orden de la universidad durante 1985”.

El primer documento citado precisa que Clericus optó por desaparecer del campus durante un buen tiempo, a partir del 6 de marzo de 1986, argumentando un problema médico, por lo cual las decisiones difíciles quedaron en manos de su segundo. Según los norteamericanos, la decisión se fundaba, más que en razones de salud, en su temor a enfrentarse con “la desaprobación casi universal de sus actos en Concepción y la amenaza de huelgas y posibles actos de violencia por parte de los estudiantes al inicio del año académico”.

En el intertanto, la Corte de Apelaciones de Concepción falló un recurso de protección que calificaba de arbitraria la suspensión de los 263 estudiantes, sentencia de la cual la UdeC decidió no recurrir ante la Corte Suprema, tras lo cual Von Plessing aceptó reintegrar a todas las personas que habían sido expulsadas y suspendidas.

La mano dura

Bajo el subtítulo de “mano dura” el reporte detallaba que lo que había detrás de todo ello era “una ofensiva de los rectores designados por el gobierno de Chile en contra de la disidencia en los campus”, agregando que en el fondo se buscaba deshacerse de “enemigos políticos en las universidades más importantes”.

El mismo informe recordaba que por muchos años la UdeC había jugado un importante papel en la política nacional, agregando que luego de las reformas de 1968 se había producido una “radicalización del cuerpo estudiantil”, lo que iba de la mano “del rápido crecimiento del grupo de extrema izquierda MIR”. Sin embargo, se precisaba que pese a ello, en 1972 las elecciones de rectoría las había ganado el candidato del Partido Nacional, el mismo Carlos Von Plessing, tras lo cual la universidad se convirtió “en un virtual campo de batalla entre la extrema izquierda y la oposición PN-PDC a Allende”.

El informe decía que luego del golpe de Estado Von Plessing continuó al mando y que se le permitió efectuar una “purga a gran escala de marxistas y profesores pro-Allende”. Según el paper, había sido sucedido en 1980 por Clericus (lo que es un error, pues Von Plessing fue obligado a salir de la rectoría a fines de 1973, por la junta de gobierno), pero sí es efectivo que este llegó ese año a Concepción, instalando luego de eso a Von Plessing como vicerrector.

El señor de la querencia

Clericus, aseveraba la Embajada de EEUU en Chile, rápidamente ganó fama de ser muy duro con los estudiantes de oposición, una imagen “que él mismo cultivaba y disfrutaba”. Al respecto, se indicaba que “ha manejado la universidad como un feudo”, incluso pese a que en 1983 la dictadura había rescindido varios de los poderes especiales que se habían conferido a los rectores designados.

Ante ello “la oposición abierta a él creció en forma firme, culminando con el renacimiento de la Federación de Estudiantes de la Universidad (FEC), controlada por el PC en 1984 y luego por el PDC, tras las elecciones de 1985”.

Clericus, se señalaba, se negó a recibir a los dirigentes de la FEC y aseguraba que dicha organización no se encontraba amparada en la legalidad de la universidad y que la expulsión de los dirigentes y la suspensión de los estudiantes fue “una declaración de guerra”.

Enemigos íntimos

Sin embargo, Clericus también se las arregló para granjearse importantes enemigos fuera del campus. Uno de los principales, según este documento, fue el Intendente de la época, el general de Ejército Eduardo Ibáñez Tillería, así como el Director del diario El Sur de la época, Hernán Alvez, además de “autoridades de las iglesias locales, los gremios profesionales de Concepción y las logias masónicas”, todos los cuales decantaron en la formación de un frente común en su contra, a partir de sus acciones contra los estudiantes y docentes”.

Según el redactor, Alvez dio una extensa cobertura al caso de los alumnos suspendidos, mientras que la Iglesia Católica puso a sus abogados a disposición de los afectados. El texto añade que “detrás de escena, las importantes logias masónicas de Concepción, que jugaron un rol importante en la fundación de la universidad en los ’20 y que desde entonces permanecen íntimamente asociadas a esta, presionan al intendente y al gobierno para remover a Clericus”.

A tal punto se complicó la situación, se recordaba, el gobierno quitó su apoyo al rector designado, permitiendo una salida negociada al asunto, la que implicó que uno de los principales apoyos de Clericus, el entonces Ministro de Educación, Sergio Gaete, enviara a Concepción (en febrero) a un emisario, Rubén Covarrubias, con el fin de solucionar el desastre, contexto en el cual se habría tomado la decisión de sacar del ojo de la tormenta a Clericus.

Pese a la salida a la crisis, el oficial de la embajada que analizó el tema decía que era evidente que los problemas continuarían, entre otras cosas porque los profesores seguirían presionando en pos de mayores espacios de participación y por mejoesr sueldos.

Aunque Clericus dejó la rectoría recién en febrero de 1987, para la fecha en que se redactó el informe (marzo de 1986) los norteamericanos ya tenían claro que la dictadura había decidido “sacrificar” a Clericus y que “la decisión de que él deje la rectoría debió haber sido tomada por Pinochet en persona o, al menos, con su consentimiento”.

Fotografía: Archivo Patrimonial USACH

Publicado en Historia