Concepción desclasificado: el MIR según EEUU

 

En medio de los cerca de 25 mil documentos que Estados Unidos ha desclasificado acerca de Chile, poco más de 500 de ellos mencionan a Concepción. De estos, quizá los más llamativos son los relacionados con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), los que se inician con una mención al secuestro del periodista Hernán Osses, plagiado por un grupo de miristas comandando por Luciano Cruz en plena avenida O’Higgins, en las afueras del Teatro de la Universidad de Concepción, a las 21 horas del 6 de junio de 1969, caso cuyos detalles se puede leer aquí.

Un informe de la Embajada de Santiago, fechado el 13 de junio de 1969, daba cuenta del enojo del Partido Comunista con el MIR a consecuencias de dicho acto. Según los norteamericanos, para el Partido Comunista (PC) chileno, el MIR padecía de “infantilismo revolucionario”. No solo eso. El PC sospechaba que el MIR estaba siendo manipulado ya sea por la policía chilena o la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, con el fin de manchar a toda la izquierda. Según el documento, los socialistas pensaban bien parecido: descartaban que el MIR estuviera involucrado en el que fue el primer secuestro político de la historia reciente del país y derechamente creían que se trataba de la acción de policías o, nuevamente, de la CIA.

Sin embargo, decía el cable, mientras las autoridades chilenas efectuaban fútiles intentos por ubicar a los autores, se levantaba una fuerte discusión acerca de la autonomía y “extraterritorialidad” de la universidad, algo que estaban siendo fuertemente discutido, debido a que por esas fechas el campus central de la UdeC ya había sido allanado en búsqueda de los perpetradores, lo que se consignaba para la Democracia Cristiana no era más que una cortina de humo, destinada a evitar discutir el delito que había dado lugar a los allanamientos.

Un nuevo documento estadounidense daba cuenta de que el 21 de junio se había hallado un arsenal en un departamento de Concepción, junto a material de propaganda del MIR, explosivos e instrucciones para fabricar bazookas artesanales. Además, según el informe (que citaba a la prensa chilena) había planos de instalaciones militares y de Carabineros de la ciudad, por lo cual se pensó que eran posibles blancos de ataques.

Luego, otro reporte norteamericano informaba del ataque con bomba que había sufrido el 23 de junio el edificio de la Corte de Apelaciones de Concepción, que destruyó varias ventanas, hecho que para el Departamento de Estado de EEUU podía obedecer a una represalia, producto de las investigaciones que allí se llevaban en contra del MIR, tanto por secuestro de Osses, como por otros hechos de violencia.

Las tres fases

Más de un año después, la Oficina de Inteligencia e Investigaciones (INR) del Departamento de Estado emitía un extenso informe acerca del MIR. Fechado el 7 de noviembre de 1970, a poco más de un mes de que Salvador Allende asumiera como presidente, el reporte señalaba que “el Movimiento de Izquierda Revolucionaria es el mayor y mejor organizado grupo de ultraizquierda de Chile. Se estima que su número de militantes duros es de aproximadamente 500, y que la membresía en total es de unos 1000. Se estima también que el MIR es capaz de movilizar un par de miles de simpatizantes más”. La mayoría de sus militantes, decía el informe, eran estudiantes o exestudiantes universitarios, “que fueron expulsados de las juventudes de los partidos socialista o comunista, por sus ideas extremistas, o que renunciaron a estos partidos porque no eran tan radicales como los estudiantes querían”.

Los objetivos del grupo, según este análisis, eran “la destrucción del orden existente y el subsecuente establecimiento de un estado socialista. Creen que la lucha armada es inevitable. Las masas, sin embargo, deben lograr un cierto nivel de conciencia antes de unirse a la ‘vanguardia popular’ para ‘echar abajo’ la sociedad, y es el deber de los miristas educarlas. La filosofía del MIR respecto de las elecciones se guía por la conveniencia. Por ejemplo, las elecciones son aceptables en algunos casos y despreciadas en otros”.

El texto aseguraba que el MIR había conformado escuelas de guerrillas asistidas por Cuba y que “hay reportes de que Allende quizá use militantes del MIR en roles de seguridad, como guardaespaldas o como unidades de inteligencia”. Al respecto, se argumentaba que su posición acerca del grupo seguramente sería una política de “vive y deja vivir”, basándose en el indulto que había dictado en favor de los secuestradores de Osses y de otros delitos.

El documento contaba que el MIR había sido fundado en 1962 ―lo que es un error, pues fue en 1965― “por un puñado de estudiantes universitarios revolucionarios”, cuya cohesión como grupo político “fue por primera vez evidente cuando los miristas ganaron la elección de la Federación de Estudiantes en la Universidad de Concepción en 1967”, aludiendo al triunfo de Luciano Cruz.

El Gran Concepción, para la IRN, “sigue siendo un centro de actividad mirista, y es probablemente la base de operaciones de un pequeño consejo de 5-6 miembros que dirige el movimiento”. Otro centro de actividades miristas, decía el mismo reporte, era el Pedagógico, en Santiago.

Como sus principales líderes, los estadounidenses identificaban a los penquistas “Miguel Enríquez, secretario general, y Luciano Cruz, segundo al mando hasta junio de 1970”. Sobre el primero se mencionaba que era el Secretario General de la organización e hijo del ex Rector de la Universidad de Concepción, y se lo tildaba como el ideólogo de la línea dura del MIR y el arquitecto “detrás de escena” de sus actividades.

“El y Cruz manejaron el MIR con una mano de hierro hasta hace poco, cuando las diferencias de opinión sobre las tácticas resultaron en la expulsión de Cruz desde su posición de liderazgo”, reza el documento, aludiendo al plagio de Hernán Osses, una acción inconsulta acometida por Cruz y un grupo de incondicionales a él, que tuvo enormes costos para el grupo.

En lo político, se explicaba que “con la retórica de los revolucionarios, los miristas se casaron con la doctrina del ‘poder para el pueblo’, declarando en forma desafiante que las masas serán conducidas a romper con el orden establecido al darse cuenta de su explotación”. Asimismo, se indicaba que para el MIR “la revolución es inevitable, dado que el verdadero estado socialista solo se puede lograr por medio de la lucha armada y se repetirá el ejemplo cubano”.

Para ello, argumentaban los redactores de este informe, existía un plan de tres fases: la primera era el reclutamiento de militantes y el perfeccionamiento de las tácticas de movilización de masas. La segunda era “la paramilitar”, y la tercera “la militar”, el cual, según este informe, el MIR pensaba lanzar una revolución civil en las principales ciudades.

Dentro de sus actividades se enumeraban “la organización de manifestaciones, bombazos de establecimientos anti revolucionarios como las oficinas del diario ‘El Mercurio’, la distribución de panfletos inflamatorios a trabajadores y la ocupación de edificios de universidades durante desórdenes en los campus. A principios de 1970 una ola de robos bancarios fue emprendida por el MIR para financiar sus actividades. Esta táctica, no obstante, quizá haya sido abandonada, debido a la negativa reacción del público”.

Además, se señalaba que Carabineros había descubierto un campamento de adiestramiento en guerrillas del MIR, que “tiene cráteres dejados por explosiones de dinamita. El campo fue construido al estilo militar: barracas, camuflado, con depósitos de municiones y protegido por varias salidas secretas”.

De acuerdo a ello, “Cuba ha evidentemente asistido en el entrenamiento de los miembros del MIR para el combate guerrillero. Tanto Cruz como Enríquez pasaron varios meses en Cuba. Los Tupamaros uruguayos, muy admirados por los miristas, también les han dado asistencia”.

Publicado en Historia